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Desnudos sobre el Papel
Cuentos
VV. AA.
Compilación de Carla Demark
Editorial Dunken
Buenos Aires, Argentina
2014
Prólogo
“Y en el fondo, el acto de escribir es una tentativa de tocarse con
otro" Eduardo Galeano
Otra vez ha llegado a mis manos una gran cantidad de cuentos y relatos. En esta oportunidad, me llamó la atención descubrir entre las tramas que los conforman, algunas cuestiones humanas que resuenan fuertemente en nuestros tiempos: la soledad, a pesar de las multitudes; el vacío, en medio de la búsqueda del éxito; la reflexión sobre la pérdida de la alegría, en medio de tanta euforia. De todos modos, también conforman esta antología algunos relatos colmados de esperanza, que se impone, entre líneas, por sobre el desconcierto.
Pensaba entonces, que el acto de escribir en tiempos como los actuales, implica rebeldía y, al mismo tiempo, valentía. Es una actividad llevada a cabo por personas que se toman un tiempo para detenerse, conectarse con su interior y buscar allí aquello que tienen para decir, para expresarlo sin más a través de las palabras.
Parecen ser momentos en los que nos incomoda levantar la mirada en los medios de transporte o en la calle, y preferimos escondernos en alguna pantalla, libro, o en nuestros propios pensamientos. En estos tiempos en los que podemos ver cuerpos despojados de ropa en cualquier sitio, pero nos resulta difícil conectar con la esencia realmente desnuda de otras personas, hay quienes se atreven a romper las barreras que intentan separarnos del otro, para construir a través de sus escritos un puente intangible, pero cierto y profundamente humano.
No hay dudas de que la desnudez más íntima de cada uno de los autores se imprime, ineludiblemente, en las letras que han enclavado en un determinado tiempo y lugar. Lo busquen o no, todos ellos, a través de las diferentes tramas de ficción: fantásticas, de misterio, realistas, dramáticas, históricas, autobiográficas, entre otras, están desplegando sobre el papel su humanidad en estado puro. Y a pesar de todas las dificultades que nuestro mundo actual plantea para entorpecer la maravilla de mostrarnos auténticos, humanos y desnudos frente a los demás, el arte se manifiesta como el camino capaz de atravesar cualquier obstáculo que intente impedir una conexión genuina entre las personas.
Es que no hay otro modo de crear, sin recrearse de alguna manera. Y en ese mismo proceso, más precisamente en la escritura, el otro es testigo de nuestra desnudez revestida de palabras.
Entonces pensé en la frase de Eduardo Galeano que encabeza este prólogo, e imaginé que cada uno de los autores de esta compilación se encuentra verdaderamente desnudo sobre el papel, a la espera de que el lector, en igualdad de condiciones, se permita tocar y dejarse tocar por la humanidad que rebasa de las diferentes historias.
Sonrío al reparar que a pesar de que el sensible escritor contemporáneo intente refugiar sus ojos en el papel en blanco, su desnudez sobresale inexorable para que otros puedan verla. Pero esta vez, sin bajar la mirada.
Que lo disfruten.
Pensaba entonces, que el acto de escribir en tiempos como los actuales, implica rebeldía y, al mismo tiempo, valentía. Es una actividad llevada a cabo por personas que se toman un tiempo para detenerse, conectarse con su interior y buscar allí aquello que tienen para decir, para expresarlo sin más a través de las palabras.
Parecen ser momentos en los que nos incomoda levantar la mirada en los medios de transporte o en la calle, y preferimos escondernos en alguna pantalla, libro, o en nuestros propios pensamientos. En estos tiempos en los que podemos ver cuerpos despojados de ropa en cualquier sitio, pero nos resulta difícil conectar con la esencia realmente desnuda de otras personas, hay quienes se atreven a romper las barreras que intentan separarnos del otro, para construir a través de sus escritos un puente intangible, pero cierto y profundamente humano.
No hay dudas de que la desnudez más íntima de cada uno de los autores se imprime, ineludiblemente, en las letras que han enclavado en un determinado tiempo y lugar. Lo busquen o no, todos ellos, a través de las diferentes tramas de ficción: fantásticas, de misterio, realistas, dramáticas, históricas, autobiográficas, entre otras, están desplegando sobre el papel su humanidad en estado puro. Y a pesar de todas las dificultades que nuestro mundo actual plantea para entorpecer la maravilla de mostrarnos auténticos, humanos y desnudos frente a los demás, el arte se manifiesta como el camino capaz de atravesar cualquier obstáculo que intente impedir una conexión genuina entre las personas.
Es que no hay otro modo de crear, sin recrearse de alguna manera. Y en ese mismo proceso, más precisamente en la escritura, el otro es testigo de nuestra desnudez revestida de palabras.
Entonces pensé en la frase de Eduardo Galeano que encabeza este prólogo, e imaginé que cada uno de los autores de esta compilación se encuentra verdaderamente desnudo sobre el papel, a la espera de que el lector, en igualdad de condiciones, se permita tocar y dejarse tocar por la humanidad que rebasa de las diferentes historias.
Sonrío al reparar que a pesar de que el sensible escritor contemporáneo intente refugiar sus ojos en el papel en blanco, su desnudez sobresale inexorable para que otros puedan verla. Pero esta vez, sin bajar la mirada.
Que lo disfruten.
Carla Demark
Agosto de 2014
Agosto de 2014
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