A Frida Kahlo


A Frida Kahlo
Poemas y obras de arte
VV. AA.
Coordinado por Xabier Susperregi
Biblioteca de las Grandes Naciones
Oiartzun, País Vasco
2019

BIOGRAFÍA

FRIDA KAHLO (MAGDALENA CARMEN FRIDA KAHLO CALDERÓN) nació el 6 de julio de 1907 en la Ciudad de México, en la casa que fuera propiedad de sus padres desde 1904, y que hoy se conoce como la Casa Azul. Hija de Wilhelm (Guillermo) Kahlo, de ascendencia húngaro-alemana, y Matilde Calderón, originaria de Oaxaca, Frida fue la tercera de cuatro hijas. Sus dos hermanas, Matilde y Adriana, fueron las mayores y Cristina, la menor.

A los seis años Frida enfermó de poliomielitis, causándole que su pierna derecha quedara más corta; esto fue motivo de burlas. Sin embargo, estos sucesos no le impidieron ser una estudiante inquieta y tenaz. Realizó sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria.

A los 18 años, el 17 de septiembre de 1925, Frida tuvo un trágico accidente. El autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía. Las consecuencias para ella fueron graves: fractura de varios huesos y lesiones en la espina dorsal. Debido a la inmovilidad a la que se vio sometida varios meses, Frida comenzó a pintar. Así, se relaciona con varios artistas, entre ellos la fotógrafa Tina Modotti y el entonces ya reconocido artista Diego Rivera.

En 1929 Frida se casó con el muralista. El matrimonio vivió en la Casa Azul, hogar de la infancia de Frida, así como en el estudio de Diego, en San Ángel. Tuvieron estancias cortas en la Ciudad de México. Kahlo y Rivera también radicaron en Cuernavaca y en diversas ciudades de los Estados Unidos: Detroit, San Francisco, Nueva York.

En 1930 Frida sufrió su primer aborto. En noviembre de ese mismo año y por razones de trabajo, el matrimonio viajó a San Francisco. En esta ciudad la pintora conoció al doctor Leo Eloesser, quien sería uno de sus médicos de cabecera y uno de sus mejores amigos.

Las infidelidades de Diego desataron crisis emocionales de la artista. Frida se divorció del muralista en 1939 para contraer nupcias nuevamente con él un año después.

A pesar de su mala salud y de haber sido operada en múltiples ocasiones, Frida fue una artista con una intensa actividad. En lo político, fue miembro del partido comunista y una fiel activista de izquierda. Junto con Rivera, acondicionó la Casa Azul para darle asilo por más de dos años a León Trotsky y a Natalia, su mujer. Incluso, días antes de morir, Frida participó en una marcha de protesta en contra del derrocamiento del guatemalteco Jacobo Árbenz, lo cual le provocó una embolia pulmonar.

Fue maestra de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”. Tanto en su trabajo como en su vida cotidiana –lenguaje, vestimenta, y decoración de su casa- Frida buscó rescatar las raíces del arte popular mexicano, y ese interés se ve reflejado en su obra; por ejemplo, la vestimenta en sus autorretratos así como el estilo simple y directo característico de los exvotos populares.

Frida afirmaba que, al contrario de los pintores surrealistas, ella no pintaba sus sueños, sino su realidad. De su obra destacan los autorretratos influidos por la técnica del retrato fotográfico que aprendió de su padre, Guillermo Kahlo.

Al final de su vida, la salud de la artista decayó. De 1950 al 51, permaneció internada en el Hospital Inglés. En 1953, ante la amenaza de gangrena, se le amputó la pierna derecha. 

Frida Kahlo murió en la Casa Azul en la Ciudad de México el 13 de julio de 1954, cuando el Instituto Nacional de Bellas Artes le preparaba, como Homenaje Nacional, una muestra retrospectiva.

De entre los cuadros que conforman la obra de la pintora, algunos de los más famosos son Las dos Fridas, Viva la Vida, Unos cuantos piquetitos, La columna rota y Diego en mi pensamiento.

Durante su vida, la artista realizó algunas exposiciones: una en Nueva York en la galería Julien Levy, otra en París en la galería Rue et Colle y otra en México en la galería de Lola Álvarez Bravo. También participó en la Exposición Colectiva de Surrealismo en la famosa Galería de Arte Mexicano.

El Museo de Louvre adquirió uno de sus autorretratos. Sus cuadros se encuentran en numerosas colecciones privadas de México, los Estados Unidos y Europa. Su personalidad ha ido adoptada como una de las banderas del feminismo, de la discapacidad, de la libertad sexual y de la cultura mexicana. Frida Kahlo se ha convertido en un referente que rebasa el mito que la pintora creara de sí misma.

Hilda Trujillo, México


UNAS POCAS PALABRAS DEL EDITOR

Qué decir de quien ya se ha dicho tanto y más que se dirá.

Cierto día me encontraba preparando la portada de este libro dedicado a Frida, cuando se me acercó al escritorio el pequeño de mis hijos que tan solo cuenta con diez años y me preguntó qué es lo que estaba haciendo. Alegre de hablarle de uno de mis proyectos empecé a explicarle lo que ocupaba mi tiempo pero entonces me interrumpió diciendo: “yo ya sé quién es Frida Kahlo. Es una pintora que sufría y en sus obras expresaba los sentimientos que tenía cuando estaba pintando. Si estaba triste…”

Me alegré mucho entonces de que la mujer a la que dedicábamos este trabajo, estuviese en el temario de artistas que se estudian en las escuelas del País Vasco, en Europa, junto a otros autores de la talla de Picasso, Andy Warhol o Bansky.

Cuando meditaba sobre esta obra y sobre Frida Kahlo, tuve el pensamiento que a la artista homenajeada seguramente le hubiese gustado que fuese un doble reconocimiento, primeramente, claro, a Frida y a todo cuanto representa; pero también al arte femenino mexicano con el que tanto he compartido en mi vida y al que estaré por siempre profundamente agradecido. Que como imaginaba iba a quedar precisamente reflejado en este libro.

No en vano, pintoras mexicanas han sido la base de ilustración de innumerables libros de poesía y arte que he editado con la Biblioteca de las Grandes Naciones. Pintoras mexicanas que orgullosamente tengo entre mis grandes amistades. Un también
especial acercamiento entre esas dos hermanas tan bien avenidas que son el arte y la poesía. Además que Frida ha sido y continuará siendo una especie de musa para muchas artistas de México.

Momentos especiales que también he compartido con artistas mexicanas, en varias exposiciones de arte aquí en el País Vasco que he podido organizar y que me han demostrado que además de su calidad como artistas, poseen una gran calidad humana al participar en muestras solidarias como lo han venido haciendo. Reiterando desde aquí mi compromiso personal para seguir difundiendo el arte femenino mexicano.

Hoy dedicamos este libro a Frida Kahlo y lo que creo profundamente valioso es que podremos conocer la visión que de ella tienen artistas y poetas de diversas partes del mundo en un como siempre original trabajo y que en el horizonte esperamos acercarnos en un futuro también a otras artistas del mundo y de la pintura.

Mientras Frida cambiaba su fecha de nacimiento, nosotros quisiéramos haber cambiado la fecha de su partida, pero siendo honesto, hubiera preferido jamás preparar este libro. Que nuestra protagonista jamás se hubiera dedicado a la pintura y que desde pequeña hubiese podido llevar una vida como la de cualquier otra niña.

Como muchas veces, la hora de ir a dormir es cuando uno medita sobre qué escribir o cómo hacerlo y estos días coincidió pues que a la hora de las brujas, media noche, quedé dormido pensando cosas acerca de Frida Kahlo. Como otras veces también, me ha ocurrido que las últimas cosas que han estado en mi cabeza antes de dormir, retornan después en sueños y tienes la oportunidad
de revivirlas. Después de pensar en ella, quiso el destino que se me presentara delante, en un cuarto lleno de libros, lienzos y ella de pie, tan hermosa como fue, no llevaba su traje de Tehuana, algo ocurría que me impedía poder acercarme. Supongo que pretendía hablar con ella y comprobar si era de carne y hueso. Por fin, cuando logro empezar a acercarme, observo desesperanzado que ella empieza a retroceder, aunque lo hace sin caminar, como empujada por algo. Pronto desaparece la habitación y Frida está cayendo al vacío, trato de sujetarla pero enseguida mi cabeza comienza a decirme que estoy en un sueño, como tantas veces me ha sucedido y cuando eso ocurre, por más que desees alargarlo, el sueño rápidamente se esfuma y despiertas.

Ahí queda el sueño y quién sabe, al que alguna vez tal vez retorne y pueda alcanzar la mano de Frida para lograr, aunque sea momentáneamente evitar que caiga al vacío y así estar a su lado.

Aquí os dejo con la realidad de las obras de arte y poemas dedicados a la irrepetible Frida Kahlo.

Xabier Susperregi, País Vasco

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