A Quino


A Quino
Poemas y obras de arte
VV. AA.
Coordinado por Xabier Susperregi
Biblioteca de las Grandes Naciones
Oiartzun, País Vasco
2019

PRESENTACIÓN

Quino le dio un mundo de diez años a Mafalda, luego lo detuvo.

“Paren el mundo que me quiero bajar”

Hablar de Mafalda y de su creador Quino, es poder decir muchas cosas de esas que escuchamos, pero que desearíamos que nadie las dijera, mas ahí está Mafalda que, con un desenfado de pequeña niña inocente, nos hace pensar en grande, nos hace sentir que por momentos somos muy elementales, miserables y predecibles, pero nos lo hace saber con cariño.

Esta pequeña niña nace del humorista gráfico Quino (Joaquín Salvador Lavado Tejón), entre los años 1962 y 1964 que es cuando ya concreta la tira cómica con la pequeña.

El nombre Mafalda fue tomado del filme Dar la cara (1962), basado en la novela homónima de David Viñas, donde hay un bebé que lleva ese nombre y a Quino le pareció gracioso.

En el año de 1963 Quino dibuja una tira cómica para la empresa Siam Di Tella, como parte de una campaña publicitaria que nunca se concretó. En dicha tira aparece un prototipo de familia: madre, padre y un niño, con la aparición esporádica de una hermanita llamada Mafalda. Al año siguiente Quino presenta, para el suplemento humorístico Gregorio de la revista Leoplán, ocho tiras de la historieta, de las cuales le publican tres. Así el 29 de septiembre de 1964, la tira Mafalda comienza a ser publicada en la revista semanal Primera Plana a razón de dos por semana, donde aparecen como personajes Mafalda y su padre. Luego, en el mes de octubre, dará vida a la madre de Mafalda y en enero del año siguiente aparecerá Felipe, un niño soñador, perezoso y despistado, muy bondadoso e inteligente, en momentos un romántico que observa la vida de manera más sencilla que Mafalda. En los meses siguientes incorporará a Manolito que, al igual que Felipe, está inspirado en una persona real, Anastasio Delgado, inmigrante español, dueño de una panadería quien además es el padre de Julián Delgado, un amigo de Quino. Uno de los rasgos físicos de este personaje es su cabello, cortado y peinado en forma de cepillo. Manolito tiene cejas pobladas y es gordito, viste un saco o chaqueta en la que siempre carga un lápiz y una libreta para hacer cuentas o tomar pedidos. También lleva puesta una camisa y pantalones cortos y a diferencia de los demás personajes, casi nunca se le ha visto con ropa diferente. Luego surge Susanita, inspirada en la representación de una mujer real. Cursa el mismo grado que Mafalda y su sueño es casarse, tener muchos hijos, jugar canasta y tocar el piano. Cuando ya la tira cómica tiene cuatro años de vida, Quino incorpora un nuevo integrante al núcleo familiar que representa a la clase media, Guille, el hermanito menor de Mafalda, que resulta ser igual de ―preguntón‖ que ella. La lucidez de Quino en esta historieta es admirable, pensando en la creación de cada uno de sus personajes donde ellos representan a valores y defectos sociales como los anteriores nombrados o Miguelito quien es egocéntrico, su meta de futuro es ser famoso, la más pequeña de las amigas Libertad, como es la libertad, pequeña en muchos momentos en otros muy disminuida frente a los demás personajes, hasta la mascota de Mafalda nos representa un sentir social, una tortuga llamada burocracia.

La pequeña Mafalda busca la justicia, la paz social, las causas que para muchos son comunes, pero de esta misma manera detesta la sopa, como seguramente cada uno de nosotros tenemos una comida que no nos agrada.

Pero hablar de Quino, Joaquín Lavado, es pensar en un ser muy particular y especial.

Nace en Mendoza (Argentina) en 1932, hijo de padres españoles, que se queda huérfano durante su infancia lo que le hace convertirse en un niño solitario y ayuda a que se concentre en una afición por el dibujo, siendo guiado por su tío Joaquín Tejón, dibujante profesional.

Con los años Quino ingresa a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Cuyo y cumplidos los dieciocho años, parte a Buenos Aires con sus dibujos. Es un momento complicado para él ya que este viaje resultó inútil, ingresa al servicio militar y terminado este, vuelve con más ánimo y ganas a Buenos Aires. Esta segunda vez lo hace como dibujante publicitario, así trabajó varios años hasta que en 1962 el semanario Primera Plana acepta publicar "Mafalda" como tira fija. Pronto, ese mundo infantil compuesto por arquetipos adultos que figuran a la clase media argentina le hace popular y le da algo de notoriedad en varios lugares del país. Ya en 1965 empieza a publicar diariamente en el periódico El Mundo logrando mucha aceptación y respaldo del público lector.

Tres años después Mafalda llegará a Europa, Italia en primer lugar, luego a España, donde encuentra un éxito tan rotundo como en el propio Buenos Aires. Con los años venideros esta pequeña historieta será traducida a varios idiomas, pero en 1972, o sea, a diez años del surgimiento de la pequeña Mafalda, Quino decide no volver a dibujarla, siente que tanto trabajar en la historieta le está agotando demasiado.

Así Quino se entregó a un humor más ácido y negro, destinado a un
público adulto. Publicó varios libros de historietas humorísticas entre los que destaca la serie Mundo Quino, aunque jamás alcanzaron la repercusión del legendario personaje y el mundo tan propio y especial que Mafalda anidaba. Hoy, a más de cincuenta y ocho años de su nacimiento, se siguen reeditando sus tiras cómicas, además de posters, camisetas, juguetes, tarjetas y todo un universo de merchandising.

Quino volvió a dibujar a Mafalda solo para campañas de organizaciones como UNICEF o el gobierno argentino.

A principios de los años noventa el dibujante logró adoptar su doble nacionalidad española y residió algún tiempo en Madrid, pero regresó finalmente a vivir en Buenos Aires.

En 1992 organizó una gran exposición en Madrid en la que exhibió reproducciones tridimensionales de sus personajes gráficos.

Es ciudadano ilustre de Mendoza y Buenos Aires y es catedrático honorífico de Humor Gráfico de la Universidad de Alcalá de Henares.

Quino ha recibido numerosos premios. Entre ellos se encuentran el de Humorista Gráfico del Año del Salón Internacional de Montreal (1982), dos premios Konex de Platino de Artes Visuales-Humor Gráfico (1982 y 1992) y el premio Konex Especial (2012), el Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos (2000) y el Romics de Oro (Roma, 2011).

Lograr conocer a este personaje, más allá de la inmortal Mafalda, es un privilegio y un agrado. Pudimos estar con él en la Feria del Libro de Buenos Aires el pasado 2018, donde firmó libros de Mafalda y dedicó algún momento para conversar con varias personas. Quino sin duda queda incrustado en la historia de los grandes dibujantes del siglo pasado y aún tenemos la suerte que nos siga acompañando.

Hacer esta antología dedicada a su persona, y claramente a Mafalda, es saber homenajear a un señor del cómic como lo es Joaquín Salvador Lavado Tejón, QUINO, quien supo hacer de lo cotidiano y social una forma de mostrarnos, desde la inocente niña, nuestro mundo complejo que en instantes se vuelve asfixiante, pero que con humor se logra vivir más liviano, donde nuestras torpezas nos ayudan a reírnos de nosotros mismos. Quino supo mantener y preservar su narración convertida en historieta que permanece muy vigente y se hace contemporánea cada vez que la leemos.

Manuel Martínez Opazo, Chile

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