Bolivia


Bolivia
Poemas y obras de arte
VV. AA.
Coordinado por Xabier Susperregi
Biblioteca de las Grandes Naciones
Oiartzun, País Vasco
2019

UNAS PALABRAS DEL EDITOR

Cierto es que las injusticias sociales se suceden en todas partes, lamentablemente. Cuando esto ocurre tienes las opciones de quedarte en casa sin hacer absolutamente nada o salir a la calle para dar voz a quienes no la tienen o para luchar por lo que crees que es justo.

El Gran Golpe o Golpe de Estado de Bolivia 2019, es uno de los sucesos en los que se dan esas circunstancias y muchas son las personas que salen a las calles a defender sus ideas, algunos acaban enfrentándose a los milicos y policías golpistas. Mucha gente también se queda en sus casas por temor, es perfectamente comprensible y luego hay otro sector social que está muy cómodo y observa un futuro prometedor con la nueva dictadura de Jeanine Áñez.

Recuerdo observarse desde la ventana a un joven que tendría cerca de dieciséis o tal vez diecisiete años, había movilizaciones contra el servicio militar obligatorio. Todo a su alrededor se estaba llenando de policías y alguien podía haber gritado para avisarle, sin embargo nadie lo hizo y él se encontró ya de frente con un policía armado con su porra y pistola. El joven, sorprendentemente aguardaba su llegada en vez de huir, armado con una piedra que arrojó instantes después. Cayó cerca del uniformado, quien la cogió y se la arrojó al joven, errando también. El joven arrojó otra piedra y ante la llegada de nuevos efectivos se dio a la fuga a gran velocidad sin lograr los policías alcanzarlo con sus rifles de pelotas de goma o peloteros, como los llamábamos.

Tiempo después volvían a la calle manifestaciones y nuevamente este joven se dirigía a participar en una de ellas. El joven escuchó sorpresivamente el ruido de motocicletas, pero éstas iban en dirección contraria. Comprendió que se trataba de una emboscada policial que estaba a punto de llegar a donde él se encontraba. Desde la ventana se le vio correr como el viento, burlando a los policías una vez más.

Dicen que a la tercera va la vencida.

Volviendo a Bolivia, estos días, recién editamos el libro dedicado a Chile y las protestas que en el país se están dando contra el gobierno y ahora por tanta muerte, tantas detenciones, heridos, torturas y violaciones. Este libro que hemos editado en contra del responsable Piñera. Pues no podía evitar pensar que Bolivia merecía también un esfuerzo, pero a la vez me parecía complicado poder volver a convocar a poetas y artistas otra vez en tan pocos días, aunque algunos de ellos me escribieron preguntando por Bolivia.

Me llegaban muchas noticias sobre la represión en las calles bolivianas y las muertes y detenciones en manos de milicos y policías. También escuché la historia del jefe de Policía destituido por ordenar el repliegue de sus hombres en vez de reprimir una manifestación.

También se me escaparon lágrimas viendo a una madre que le pedía a su hijo muerto por favor que despertase.

Al final, claro está que me decidí a poner en marcha esta edición y acción urgente en la que contábamos con poco más de diez días para recoger poemas, obras y montar el libro para que pudiese tener algún eco y que las voces de poetas y artistas se pudiesen escuchar por el mundo también en esta difícil ocasión.

Tuve que escribirle a mi querida amiga mexicana Guadalupe Montemayor, para que preparase también la obra de portada en tan poco tiempo, aunque lo cierto es que sabía perfectamente su respuesta.

También quise hablar con un admirado artista hispano-boliviano Eloy Áñez Marañón, al cual admiro mucho, pues pensé que sus obras serían muy especiales para aparecer en el libro.

En otra ocasión se encontraba el joven en la misma plazuela que se había enfrentado tiempo atrás al madero, como también se llama a los policías. Estaba casualmente junto a una chica, cuando de pronto se vieron rodeados por todas partes. Él la tomó de la mano y corrió hacia un portal, tratando de no ser vistos. Fueron subiendo escaleras y pisos, llamando a las puertas, pero nadie abría y los del uniforme ya estaban entrando en el portal. Cuando ya se veían atrapados y detenidos, la última de las puertas se abrió y entonces pudieron entrar y esconderse.

Pero no terminó ahí todo, los policías iban puerta por puerta llamando y pidiendo que entregaran a los fugitivos. Llegaron a la última de las puertas y llamaron. Segundos después se abría. Cuando los policías ya se habían marchado. Le dieron las gracias a aquella mujer y poco después los tres protagonistas se separaron para no volverse a ver nunca más.

Puede ocurrir que alguien se pregunte qué ocurrió con aquel joven escurridizo, puesta ahora mismo estaba terminando de escribir la presentación de un libro dedicado a Bolivia. ¡Ah! Y jamás llegó a ser soldado.

El mundo debe mirar hacia Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Haití… Aunque lamentablemente las imágenes más valiosas que nos llegan son vídeos que suben personas de a pie. La prensa y televisión parecen empeñarse sospechosamente en mirar hacia otro lado.

Terminar mostrando toda mi repulsa contra el gobierno títere de Jeanine Áñez y otras marionetas a quien la historia juzgará más pronto que tarde.

Y mi más profunda condolencia a los familiares de los asesinados, heridos y detenidos por la nueva dictadura quienes biblia en mano recuerdan tristemente a quienes llegaron desde España hace ya más de 500 años, sembrando de muerte y violaciones en nuestra querida Latinoamérica.

Xabier Susperregi, País Vasco

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