Homenaje a Iván Portela Bonachea


Homenaje a Iván Portela Bonachea
El Gran Poeta
Trovas
VV. AA
Coordinado por Cristina Olivera Chávez
Organización Mundial de Trovadores
San Antonio, Texas, Estados Unidos
2020

Prólogo

Conocer la genialidad, palparla, es un privilegio. Por
eso, no es posible olvidar a Don Iván Portela Bonachea,
el poeta que convivió con el dolor del exilio el cual sólo
se calmaba por la intensa y eterna pasión hacia Teresa
Cuddy, su novia, la "... de la eterna espera...".
El Maestro, vestía de verde, como el matiz de los
tréboles y los campos de Irlanda, Isla donde vivió en su
juventud: boina verde, pañuelo verde, usaba también
una pluma con tinta color esmeralda. Verlo llegar al
lugar de nuestro encuentro (reunión mensual con
los miembros de The Cove/Rincón International,
Delegación México*) era un acontecimiento, su alta
figura se imponía, nos observaba con mirada
penetrante y sonrisa amable, carta de presentación
inconfundible, además de su atuendo cotidiano: la
gabardina que colgaba en su brazo izquierdo y el
gastado portafolios, lleno de libros, apretado contra su
pecho.
Atareado siempre, gozaba del dinamismo de un joven,
poseedor de brillante agilidad mental y excepcional
memoria. Escuchar su historia es comprender
la búsqueda interior de Santa Clara, su ciudad natal en 

Cuba, añoranza que nunca le abandonó; especialmente
evocaba a sus padres a los que dio un adiós forzado a
la edad de veinte años. El "Poeta de dos Islas" exaltó su
amor por México, donde radicó por más de cincuenta
años.
La Poesía "...de los éxtasis momentáneos..." se
convirtió en obsesión y refugio, la inspiración le
obligaba a escribir sobre cualquier superficie, inclusive
en su ropa, cuando no estaba a la mano una hoja en
blanco.
El sufrimiento que le atormentaba desde su alejamiento
de Cuba fue permanente. En el libro que publicó en
2004, “Cantos de Tir na n –Og” hay un poema
denominado “Firbolg en Tierra de Finn”, en el que
expresó: “…no me puede fallar el arpa de la conciencia.
Necesito ¡ya! una patria, necesito ¡ya! un hogar.
Determinar otra isla para vivir la experiencia y dar al
mundo mi canto nacido de sol y mar…”
Don Iván Portela Bonachea, mostró profunda devoción
a Dios y a su "...presencia aromática y santo
Espíritu...". A San Patricio dedicó poemas
extraordinarios. A su adorado hijo, Iván, los
mejores versos.

La “lira verde” sigue presente y la calidez del exquisito
poeta, así como su amistad se hace extensiva en los
corazones después de su partida. Recordaremos al gran
Maes tro, amaba el sendero de las letras junto con el
"cántico de las olas"; aún percibimos el aroma del café
que destilaba la pequeña taza aprisionada entre sus
manos.
Maestro Iván, gracias, gracias una vez más.
Azucena de los Ángeles Farías Hernández

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hoy después de la muerte de Don Iván Portela Bonachea encontré estas palabras homenajeandolo. Por un amigo santaclareño como el conocí de su existencia. Me causó dolor que ya este fallecido. Me habló de sus sueños juveniles y de su amor a la Patria. Su obligado exilio, aunque la mayoría, de los cubanos vivimos también un exilio interior. Es una pena que nunca hemos tenido la oportunidad de conocer su obra. Pero trataré de encontrar la manera de leer y divulgar sus libros. Creo que también será el homenaje nuestro a este gran maestro.

Victor R. Cuevas Cárdenas

Maria Eugenia Soberanis dijo...

Muy merecido homenaje al gran Maestro, del que tuve el honor de presentar mi poemario De Cara al Viento. Honor a quien honor merece!