Palestina Poemas III


Palestina Poemas III
Poesía, ilustraciones
VV. AA.
Selección de Xabier Susperregi
Biblioteca de las Grandes Naciones
Oiartzun, País Vasco, España
2014

PRÓLOGO

    “Cuando os pido que escribáis más libros, os insto, pues, a que hagáis algo para vuestro bien y para el bien del mundo en general”.  “La realidad parece ser algo muy caprichoso, muy indigno de confianza: ora se la encuentra en una carretera polvorienta, ora en la calle en un trozo de periódico, ora en un narciso abierto al sol. Ilumina a un grupo en una habitación y señala a una palabras casuales.” Así hablaba Virginia Woolf en “Una Habitación Propia”. No andaba descaminada. De ahí, de poseer un cuarto propio, se deriva el casi completo bienestar físico, psíquico y moral preciso para desarrollarnos como personas y habitar con desenvoltura y alegría el mundo.
     Hablaba también de la libertad intelectual, volviendo a atinar de pleno esta magnífica escritora adelantada a su época. Esta libertad, han querido abanderarla tod@s y cada uno de l@s autores que aparecen en este III volumen artístico-poético dedicado a Palestina, y que sin descanso y entusiasmo viene recopilando con entrega
Xabier Susperregi.
    Libertad ejercida desde la íntegra responsabilidad de la conciencia.
    Intentar traspasar cualquier muro que encierra, aísla, aniquila o apresa,  no es jamás una tarea infecunda, significa empuñar una ética rebelde contra el abuso consentido del poder y la impunidad más insufrible, propiciando un comienzo de dignidad y solidaridad  que no puede cuestionarse.
    Uno de estos comienzos lo ejemplifica muy bien, Noam Chayut, soldado israelí que sirvió durante cinco años en el ejército hebreo, llegó a participar en la Operación Escudo Defensivo, tomando la decisión de unirse a “Rompiendo el Silencio”, organización de militares judíos disidentes. Le horrorizó la violencia que vio y Noam quiso contarlo en su libro “La niña que robó mi Holocausto”. Describió en el libro, el uso abusivo de la fuerza que utilizaba y utiliza la fuerza militar para oprimir a civiles en las aldeas palestinas, y cómo la sociedad israelí lava los cerebros de los jóvenes.
     La niña del libro, comenta, le dio la clave para encontrar su humanidad, y le robó de paso, su linda vida privilegiada.  
     Otro peculiar y maravilloso ejemplo que atesora valentía y un enorme afán de justicia lo constituye Liliana Córdoba Kaczerginski, ella, es una de las fundadoras de la Red Judía Anti sionista Internacional “IJAN”, quien en los 60 viajó a Israel, y al tomar conciencia de la realidad de la ocupación, se posicionó contra el sionismo. Sintiéndose entonces víctima de una manipulación, al hablar, por ejemplo, del pueblo judío cuando son el Gobierno de Israel, siendo el colectivo judío del exterior muy numeroso, y sin posibilidad de elegir a sus representantes.
    Subraya ella que el sionismo es una doctrina política, mientras que el judaísmo es una religión, una cultura, una identidad.
     Nos ayuda a desmontar prejuicios infundados al saber que “Hay personas que sienten la necesidad de expresar su identidad y están horrorizadas de que se les confunda con los criminales sionistas.”
    Si hacemos un breve recordatorio histórico, vemos que el pueblo palestino estuvo dominado por el Imperio Turco, luego por el mandato británico, y en el 48, asisten estupefact@s a la creación artificial del Estado de Israel por una resolución de la Naciones Unidas, produciéndose entonces La Nakba (la catástrofe) en la que son expulsadas de sus hogares 800.000 personas.
    Desde entonces, si tristemente observamos, que los niñ@s palestinos dibujan zanjas reventadas, escombros, hospitales desabastecidos y lágrimas en los rostros de sus padres, abuel@sherman@s en sus pinturas infantiles, no cometamos la ingenuidad de pensar que es fruto del delirio fantasioso de la edad, es simplemente, que es esa y sólo esa, la realidad diaria en la que viven.
      Por el contrario, esta cara amarga que no conduce para nada a la resignación, ha traído un movimiento de solidaridad mundial sin precedentes, una enorme creatividad cultural que refleja esta opresión y otras similares, y una compacta organización de la sociedad civil: asociaciones de mujeres (la mujer palestina ha desempeñado un papel crucial y relevante en los movimientos de resistencia, en el tejido asociativo, etc.) redes solidarias, plataformas, grupos propalestinos y  viajes a bordo de veleros rumbo a Gaza ven la luz pese a la ocupación y la distancia geográfica, en un ovillo cómplice de ternura, hermanamiento y larga paciencia, deseando que todos los muros sin excepción caigan, y todas las personas a lo largo y ancho del planeta vivan en paz sin merma de ninguno de nuestros legítimos derechos, conquistas sociales y posesiones.
    Me despido agradeciendo a Xavier esta oportunidad, agradeciendo a todas las personas que han participado en este libro, y a todos los cooperantes que han perdido la vida en el empeño,  a los que aún siguen con el acero bruñido de sus convicciones dando pacífica “guerra” con las palabras de Stéphane Hessel: “Crear es resistir. Resistir es crear.” “El motivo de la resistencia es la indignación.”
Ana Patricia Santaella Pahlén

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